¿Cómo calcular la amortización real en autoconsumo fotovoltaico residencial? Una guía cercana para entenderlo sin complicaciones

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Cada vez más personas nos preguntan: “¿Realmente merece la pena invertir en placas solares en casa? ¿Cuánto tardaré en amortizarlo?”. Y es una duda totalmente legítima.

Porque sí, el autoconsumo residencial se ha convertido en una de las opciones más interesantes para reducir facturas, ser más sostenible y ganar independencia energética, pero es normal que antes de dar el paso, quieras tener claros los números.

Por eso hemos preparado esta pequeña guía. No para bombardearte con tecnicismos, sino para contarte, paso a paso y de forma sencilla, cómo se calcula realmente la amortización en un sistema de autoconsumo residencial.

Vamos a ir poco a poco, como si estuviéramos charlando contigo, resolviendo dudas y dándote algunas claves que quizás no te habías planteado.

¿Qué es la amortización en autoconsumo residencial y por qué es importante entenderla?

La amortización no es más que el tiempo que tarda tu inversión en placas solares en devolverte lo que has gastado, gracias al ahorro que generas en tu factura de la luz.

Así de simple. Es decir: si te gastas 5.000 euros en instalar un sistema de autoconsumo residencial y gracias a eso empiezas a ahorrar 800 euros al año en tu factura eléctrica, tu amortización rondará los 6 o 7 años, dependiendo de algunas variables que te vamos a explicar ahora.

¿Por qué es importante saber esto? Porque te ayuda a tomar una decisión informada. Te da tranquilidad saber cuánto tardarás en empezar a “ganar” con la instalación y te permite entender el impacto real de la inversión a medio y largo plazo.

Lo primero: cada caso es un mundo en autoconsumo residencial

Aunque en internet se ven muchos titulares de “amortiza tu instalación en 3 años” o “ahorra el 70% en tu factura”, la realidad es que cada vivienda, cada consumo y cada instalación son diferentes.

Por eso es importante analizar cada caso concreto. No es lo mismo una vivienda con alta demanda energética que una segunda residencia usada de forma esporádica. Tampoco es lo mismo vivir en una zona con muchas horas de sol que en otra con menos radiación.

En autoconsumo residencial no hay una respuesta única. Pero sí podemos darte las claves para que tú mismo puedas entender cómo se calcula.

¿Qué factores influyen en el cálculo de amortización?

Vamos a explicarlo como lo haríamos en una conversación tranquila, sin complicarte la vida:

1. Coste inicial de la instalación

Este es el punto de partida. ¿Cuánto cuesta instalar placas solares en tu casa? Esto incluye los paneles, el inversor, la estructura, el cableado y, por supuesto, la mano de obra.

En la mayoría de los casos de autoconsumo residencial en España, las instalaciones están rondando entre 4.000€ y 8.000€, dependiendo de la potencia que necesites y si quieres incluir o no baterías.

Las baterías encarecen bastante la instalación, pero también te permiten aprovechar mejor la energía generada.

2. Consumo eléctrico actual

Aquí es importante tener claro cuánta electricidad consumes en tu día a día. Si consumes mucho (casas con piscina, aire acondicionado, electrodomésticos en uso constante), el ahorro será mayor y la amortización más rápida.

Si consumes poco, la amortización será más lenta. Pero ojo: también hay que tener en cuenta el precio de la electricidad, que como todos sabemos, no para de subir.

3. Producción estimada de la instalación

Este es un dato técnico, pero te lo simplificamos: se trata de calcular cuántos kWh (kilovatios hora) van a generar tus placas al año.

Esto depende de:

  • La orientación e inclinación del tejado.
  • La radiación solar de tu zona (en Albacete, por ejemplo, es bastante buena).
  • Las horas de sol al año.

En un caso típico de autoconsumo residencial, un sistema de 3 kWp puede generar entre 4.000 y 5.000 kWh anuales.

4. Precio de la electricidad

A mayor precio de la luz, más rápido amortizas. Si el precio de la electricidad sube (como ha sucedido en los últimos años), tus placas te estarán protegiendo de esos incrementos y tu ahorro se incrementará.

Este factor es difícil de prever, pero precisamente por eso muchas personas deciden apostar por el autoconsumo residencial: porque saben que el coste de la luz seguirá siendo una incógnita en el futuro.

5. Compensación de excedentes

Una de las grandes ventajas actuales es la posibilidad de vender la energía que no consumes en casa a la red eléctrica, lo que se conoce como compensación de excedentes.

Este ingreso extra también ayuda a acortar la amortización. Aunque los precios de venta del excedente no son los mismos que el precio de compra, todo suma.

6. Ayudas y subvenciones

Otro elemento que puede cambiar la balanza: las ayudas públicas, las subvenciones europeas o los incentivos autonómicos.

Actualmente, en muchas comunidades autónomas se están ofreciendo ayudas que cubren entre un 30% y un 50% del coste total. Esto puede reducir drásticamente el tiempo de amortización.

Aquí es clave informarse bien y dejarse asesorar.

¿Un ejemplo real de cálculo en autoconsumo residencial?

Vamos a ponerte un ejemplo sencillo, como lo haríamos en el taller o en la oficina cuando nos sentamos con un cliente:

  • Coste instalación: 6.000€
  • Consumo anual de la vivienda: 4.500 kWh
  • Producción de la instalación: 4.800 kWh/año
  • Precio medio electricidad: 0,20 €/kWh
  • Ahorro estimado: 4.500 kWh x 0,20€ = 900€/año

Con estos números, la amortización rondaría los 6-7 años. Si además te beneficias de alguna subvención o si el precio de la electricidad sube, puede ser incluso menos.

Por supuesto, si decides incluir batería, el coste sube, pero también lo hace tu capacidad de autoconsumo directo.

¿Y después de la amortización?

Esta es la parte bonita que a veces no se menciona tanto: una vez alcanzas la amortización, toda la energía que generes después es ahorro puro. La vida útil de los paneles suele ser de unos 25 años (y más), por lo que, si amortizas en 7 años, te quedan al menos otros 15-18 años de ahorro directo en tu factura.

Además, el autoconsumo residencial también aporta valor añadido a tu vivienda y te hace menos dependiente de las subidas de precios energéticos.

¿Vale la pena invertir en autoconsumo residencial?

La respuesta más honesta es: en la mayoría de los casos, sí. Pero siempre conviene hacer bien los números y adaptar la instalación a tus necesidades reales.

En autoconsumo residencial, como en casi todo, lo importante es que la decisión esté bien asesorada. Que alguien te escuche, te explique y te ayude a entender qué te conviene y qué no.

Por eso, si tienes dudas, si quieres que te echemos una mano con los cálculos o si simplemente quieres saber si tu casa es adecuada para este tipo de instalación, estaremos encantados de hablar contigo.

Aquí no se trata de vender por vender. Se trata de ayudarte a tomar una decisión que te beneficie a ti, a tu bolsillo y, de paso, al planeta.